Esta ruta de dificultad media introduce al caminante en el espectacular cañón de Añisclo, visitando la ermita rupestre de San Úrbez, y ofreciendo durante su recorrido grandiosas vistas sobre el macizo de Monte Perdido.

El tramo entre Bestué (1.228 m) y la ermita de San Úrbez (940 m) nos lleva hasta la entrada al cañón de Añisclo, formando parte del Sendero Turístico GR 15. La ruta que proponemos aquí recorre un tramo de la sexta etapa, entre Bestué y Fanlo, pero sin llegar a esta última localidad, sino que finaliza en el eremitorio rupestre de San Úrbez de Añisclo.

El recorrido se inicia en el propio Bestué, del que saldremos siguiendo la señalización de las marcas blancas y rojas propias de los senderos de Gran Recorrido como este GR 15. Partiendo de la plaza, pasaremos por debajo de la iglesia y descenderemos hacia el cauce del barranco Airés, que confluye en este punto con el barranco del Molí.

No hay puente con el que atravesar el cauce, pero bajando unos 200 m, encontraremos unas pasarelas de una antigua senda que cruzaba estos dos barrancos. Sortearemos así el río y, una vez en la otra orilla, retornaremos al punto en el que prosigue la señalización del GR.

El sendero inicia entonces un fuerte ascenso y nos conduce por un frondoso pinar, salpicado de hayas y boj, mientras vamos ganando altura, hasta alcanzar la divisoria de aguas entre el Airés y el río Bellós, que marca el inicio del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. En la cota 1.550 llegamos al desvío que va a los Sestrales. A partir de entonces, el sendero desciende serpenteando bajo las escarpadas paredes de los Sestrales hasta llegar a la ermita de San Úrbez.

Es una salida de dificultad media-baja, con una duración estimada de 5 horas y en la que tendremos que superar 660 m de desnivel acumulado de subida y 970 m de desnivel acumulado de bajada. En San Úrbez existe una zona de aparcamiento hasta la que se puede llegar en coche.

Este sendero GR 15 discurre paralelo al eje pirenaico. El tramo aragonés comienza en la vecina Pont de Suert (a un kilómetro de la muga), y deja nuestras tierras en el Alto de Algaraieta, junto al límite con Navarra.

Entre ambos puntos, se articula este sendero de gran recorrido en 14 etapas y unos 240 km. Es un itinerario de auténtico placer para el caminante, que transita meciéndose entre la cultura, el arte, la historia, la gastronomía, las distintas lenguas del territorio, riqueza que forma un verdadero cóctel de sensaciones por descubrir en estos rincones poco transitados de nuestra cordillera.